martes, 22 de noviembre de 2016

Elecciones 2017. Ahora todo es responsabilidad de la ciudadanía.

Opinión.
Por Jonathan Alexander Achig P.

Elecciones 2017. Ahora todo es responsabilidad de la ciudadanía.

Una vez reafirmadas las distintas candidaturas tanto del gobierno y oposición el electorado se encuentra en jaque; pues ahora la ciudadanía será la única responsable del futuro del Ecuador.
Las candidaturas ya han sido expuestas. Dentro de las figuras representativas;  lo que ha causado mayor malestar en la ciudadanía reflejado en las redes sociales y calles es el aparecimiento de personajes  de la farándula ecuatoriana.

El hecho de que exista un descontento social es muy relevante, pues sin duda la gente está cansada que existan politiqueros que siguen empobreciendo al debate y la generación de propuestas viables para la mayoría social; sin embargo, se esperará que las mismas personas que critican sean conscientes de su participación y trasciendan más allá de lo que se dice en redes sociales o en los medios de comunicación investigando exhaustivamente a las diversas candidaturas y partidos políticos.

A propósito de propuestas y en ello es menester recalcar lo que mencionó el Presidente de la República en Twitter; “Si tu candidato no habla de educación cambia de candidato“. He ahí la responsabilidad del votante en ser críticos y exigir a todxs los candidatxs que muestren sus propuestas en cuanto a cómo se va a manejar la economía, educación, cultura, etc., pues es hora de dar dignidad a la política ecuatoriana.

Dar dignidad a la política ecuatoriana implica en no caer en el juego de la politiquería que pretende convertir a las elecciones en un show mediático; dejando de lado a lo que verdaderamente importa que son las diversas propuestas, planteamientos y planes de gobierno.

Dar dignidad a la política implica en no caer en el juego de los demagogos del pasado, que ahora se presentan como salvadores legítimos de la patria; pero, la historia los recuerda que fueron responsables de la tragedia del país en el siglo XX e inicios del siglo XXI.

Dar dignidad a la política implicará en que el electorado  no caiga en el juego de los demagogos con sus discursos camuflados; como: “A todos los bachilleres se les entregará una Tablet”; “Los domingos el pueblo ecuatoriano será libre de tomarse una cerveza”; “Quitaremos los impuestos”, sin un mínimo análisis de a quien beneficiará dichas políticas. El rol de la ciudadanía será: investigar,  analizar, reflexionar; las diversas propuestas expuestas y considerar si las mismas beneficiarán a la mayoría o a un minúsculo grupo.

Dar dignidad a la política implicará en exigir a los diversos candidatos que  hagan respetar las instituciones del Estado, pues es un bien público y pertenecen a cada uno de los ciudadanos; ello se traduce en exigir a que se despoje a los mediocres, faranduleros, ineficientes, oportunistas, corruptos que desprestigian la dignidad de las instituciones.

Los resultados dependerán del sentido crítico de la ciudadanía que debe ser consciente de la historia y las propuestas establecidas. Ahora el futuro depende de nosotrxs, y en las urnas se dará la última palabra.


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