Por Jonathan Achig
La existencia de contenidos nocivos en los medios de comunicación, ha sido parte de las estrategias del capitalismo con el fin de mantener alienadas a las masas; carentes de crítica y autocrítica ante la realidad nacional e internacional. Si bien es cierto se han realizado estudios sobre la influencia de los medios de comunicación; desde la década de los sesenta en Europa y EEUU, y desde la década de los ochenta en América Latina, donde se ha evidenciado el poder que poseen los medios para determinar una opinión pública que sirva a los intereses de la superestructura. Por ejemplo, a principios del siglo XX, Willian Hearst fue capaz de crear, con su cadena de periódicos, una guerra con Cuba. En la década de los 30s del mismo siglo, Joseph Goebbels sistematizó las emisiones radiales para adoctrinar al pueblo alemán en la visión expansionista- imperialista de los nazis.
Ahora bien, desde el punto de vista de la programación basura en los medios de comunicación masivos, se evidencian patrones patriarcales y machistas, estereotipos y regionalismos, que en síntesis se concretan en las prácticas y valores que fortalecen a los intereses del sistema capitalista de mercado, donde el rainting es la mayor muestra del funcionamiento de las leyes de la oferta y la demanda.
En Ecuador, por ejemplo, en los últimos meses la programación basura se ha convertido en el centro de atención en la opinión pública; con el aparecimiento de personajes controversiales, como es el caso de la Mafia Chumi, escándalos a nivel religioso, etc. Que evidenció, con mayor claridad, los objetivos que buscan este tipo de programas que tiene un aporte nulo para la cultura comunicacional del país.
Se debe destacar, que a partir de dichos escándalos ocasionados por los generadores de opinión, se empezó a cuestionar la existencia de los mismos por la población, debido a que generalmente se han criticado a los medios de comunicación únicamente desde la academia. A propósito de ello, en Perú el 27 de febrero del 2015, se organizaron un grupo de jóvenes y activistas civiles para convocar a través de facebook, a una marcha en contra la programación basura. Por otra parte, en Ecuador (Guayaquil), el 24 de septiembre de este mismo año, también se realizó una marcha con el objetivo de pedir al Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación (Cordicom) que actúe para que en el país se legitime una programación productiva.