jueves, 26 de julio de 2018

EN MEMORIA DE CARL G. JUNG

(26 de Julio de 1875 - 6 de Junio de 1961)

Por Jonathan Achig
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Sus ideas y conceptos renovaron y vertieron luz, no sólo sobre la Psicología, sino sobre muchas otras ciencias. Desde pequeño Jung poseía un interés por las ciencias, la filosofía y la religión. Reconocido por incorporar en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía. Sabía que todo cuanto emerge del inconsciente posee algo superior e inferior, algo interno y externo. Cuando se habla de lo externo se considera sólo la mitad de ello y, consiguientemente, surge en el inconsciente una fuerza antagónica.

Sus investigaciones a menudo incursionaron en terrenos como la religión (Psicología y religión, 1937) o la alquimia (Psicología y alquimia, 1944), profundizando en el estudio de conceptos tales como inconsciente colectivo, arquetipo (como fundamento para la existencia de mitos universalmente repetidos) o sí-mismo (ente distinto del «yo-ego-impermanente» que alude al YO REAL o al SER ESPIRITUAL en nuestro interior. Definió, asimismo, los tipos básicos de introvertido y extravertido.

Un concepto clave en su obra es acerca del “Inconsciente Colectivo”. En él, Jung explica que está constituido por Arquetipos. Ejemplos de estos arquetipos son el Personaje, la Sombra, el Santo, el Genio y el Héroe, el Self, el Ánimus y el Ánima.

Para elaborar su concepto de arquetipo, Jung se inspiró en la reiteración de motivos o temas en diversas mitologías de las más remotas culturas. Halló temas comunes inconscientes, que la humanidad reiteró apenas con ligeras variantes, según las circunstancias. A pesar de que somos hombres de nuestra propia vida personal somos también, por otra parte, representantes de nuestra humanidad, de la condición humana. Esos son los arquetipos, los modelos o imágenes primordiales universales y atemporales, y que por ende son patrones que se repiten en distintas culturas y épocas, y que nos guían desde nuestro inconsciente.

miércoles, 4 de julio de 2018

¡La gota que derramó al pueblo!

Por Marisol Bowen

La orden de prisión preventiva emitida contra Rafael Correa y la solicitud de notificar a la INTERPOL para la difusión de alerta roja, -haciendo uso del máximo grado de alerta internacional en una demostración voraz de hambre atrasada-, ha dejado al descubierto de lo que es capaz la miseria humana bajo el control de la justicia hoy dominada por los partidos políticos enemigos de la revolución como el Social Cristiano.
El expresidente radica en Bélgica con su familia, no es prófugo de la justicia porque no ha sido sentenciado por delito alguno, nada hay que justifique tal superlativa persecución internacional que no sea la venganza. No obstante, las barbaridades jurídicas ejecutadas en Ecuador nos ha llevado a un ridículo internacional sin precedentes, y como lo escribiera Domingo Faustino: “¡Del ridículo no se vuelve!”
Esta acción legal injusta y bochornosa contra el expresidente del Ecuador, que ha roto el estado de derecho y ha convertido al país en un estado sin garantías, debería ser el detonante para sacudir la conciencia de Latinoamérica contra la judicialización de la política en la región.
Al igual que otros líderes como Lula da Silva, Dilma Rousseff, Cristina Kirchner y Jorge Glas, Rafael Correa fue vinculado sin desafuero a un proceso penal sin pruebas en su contra y con claros vicios de nulidad. Para concebir el entramado contaron con un fiscal acusador puesto a dedo por el también puesto a dedo Consejo de Participación Ciudadana, con una jueza que se allanó al desacato de la Asamblea y actuó sin competencias, quien desconociendo las leyes y tratados internacionales realizó el cambio de la medida cautelar por la prisión preventiva, violando a su vez el Art. 575 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) que la obligaba a notificar a las partes con al menos 72 horas de anticipación para celebrar la audiencia, lo que no hizo. Todo en medio de violaciones claras al debido proceso, a las garantías procesales y en medio de las más aberrantes violaciones a la Constitución. Dejando claro, con estos vergonzosos antecedentes, que el sistema de justicia ecuatoriano no obra por justicia sino por calculado propósito.
Como lo escribí anteriormente, no importa cuánta razón tenga la razón, en el Ecuador de hoy ¡la ilegalidad campea! De ahí que la medida cautelar impuesta haya sido inverosímil, descabellada y atentatoria, con el único objetivo de generar la prisión preventiva. No obstante, Correa, en uso de sus derechos como ciudadano ecuatoriano residente en el exterior y amparado en la Convención Interamericana de Derechos Humanos, la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Constitución de la República del Ecuador y las leyes vigentes; cumplió con la medida y se presentó en el Consulado de Ecuador en Bruselas - Bélgica. Sin embargo, en la catáfora de lo inaudito, con Correa aquí o allá, el resultado apuntaba a ser el mismo. El cambio de las medidas cautelares no son consecuencia legal sino el siguiente paso de un entramado infame donde se utiliza a la justicia como medio para justificar el fin. El lawfare aplicado en toda su maliciosa magnitud, donde muchos enemigos se han sumado al aparataje gubernamental contra un solo hombre al que han pretendido humillar sin éxito. Seguramente eso fue lo que les hizo falta de un gobernante al que difamaron y atacaron hasta el cansancio. No cabe duda, ¡el peor enemigo es el que quedó herido!
Aunque las cartas están echadas y la historia más temprano que tarde hará lo suyo, el despotismo que Moreno resucitó en el Ecuador le está pasando factura. Agoniza políticamente ante un pueblo que a golpes de traición despertó en revolución y se levanta en resistencia. La injusticia que hoy vemos cometida es la acción abyecta de un gobernante que exhala sus últimos hálitos de odio. La agonía misma de la incapacidad de quien se sabe muriendo y prefiere hacerlo con venganza.
A diferencia de los grandes hombres que mueren solos si se ven vencidos, ¡los infames arrastran a los justos a su tumba!
La patria desmembrada, la justicia secuestrada, los derechos ciudadanos mancillados y la verdad prostituida encendieron la llama de la ira popular que amenaza con llevar la sangre al río, pero sin duda alguna, la infamia cometida contra el líder de la Revolución Ciudadana ¡fue la gota que derramó al pueblo!

Ecuador: candidato de derecha, Guillermo Lasso, ganó más en 2020 que en los últimos 5 años

El año más trágico para el mundo, donde millones de vidas se han perdido a causa de la Covid-19, singularmente fue de bonanza para uno de ...