Por David Añazco Ojeda
Pienso que en el Ecuador hemos sido muy irresponsables con
el caso Assange. Buena parte de la sociedad ecuatoriana ha dejado que le den
pensando sobre el tema. Así, se ha sedimentado una opinión que hace lo más
fácil: vincular a Assange con Correa. Al respecto me permito opinar lo
siguiente.
Uno puede tener más o menos simpatías y odios a Correa, eso
cuenta poco en el debate, porque a nivel global Assange es muy importante en la
historia reciente de la humanidad. Me animo a decir esto por lo trascendente
que es Wikileaks en la llamada sociedad de la información. Wikileaks se
configura como una estructura que confronta al centro del poder global. Ha
acertado serios golpes contra la élite del mundo y sus fuerzas (agencias de
inteligencia). Gracias a Wikileaks sabemos, entre otras muchísimas cosas, que
si la CIA quiere puede mirarme mientras escribo este post, o tu mientras lo
lees; ambxs podemos ser irrelevantes,
pero ellos también pueden saber lo que hace Merkel, o cualquier presidente del
mundo. Dicho de un modo sencillo, sabemos que usan la actividad realizada con
medios digitales o a través de ellos (GPS por ejemplo) como arma de guerra y
comercio. Pero también sabemos que los Yankees mataron a civiles en medio
oriente, y muchas veces no lo hicieron por error, sino por gusto. Entonces, no
es un simple tema de libertad de expresión sino de una disputa contra el centro
del poder político del mundo.
En ese escenario la posición de Ecuador fue vital para esa
disputa, y solo ahí cobra relevancia la posición de Correa y su gobierno en la
política internacional. Al otorgarle asilo, la embajada de Ecuador en Londres
se convirtió en un nicho simbólico del la resistencia a ese poder autoritario
que sin límites busca controlarnos o regular la información para intervenir en
la política (ver por ejemplo el caso de Cambridge analytics).

Me parece que más allá de las legalidades, lo que significa
Assange y Wikileaks es lo relevante en el mundo de hoy y en este debate. Y
frente a eso uno tiene que tomar una postura. O bien se posiciona con quienes
garantizan y se sirven de la hiper vigilancia, las mafias, los flujos de
capital que favorecen al terrorismo a través de cuentas offshore, de lado de
aquellos que registran nuestra actividad y la usan para la guerra, el comercio
y la violencia, o bien uno se posiciona en el lugar de resistencia y crítico
que representa Assange y Wikileaks, el lugar de la rebeldía, de "la
necedad de lo hoy resulta necio" , como diría Silvio.
Lo demás es harto mediocre. Seguir el discurso más vano e
infame de decir que es un gringo vago por el cual Estado ecuatoriano había
gasto 5 millones de dólares. Primero que lo demuestren. Si es así, yo aplaudo
que hayamos aportado eso para tal signo de resistencia en el plano
internacional. Si no, que pidan disculpas por mentirosos. Además, vincular a la ligera a Correa con Assange es
muy mediocre, porque eso refleja la pereza intelectual de dedicarse a estudiar
las situaciones y la coyuntura. Para asumir posiciones hace falta más que ver
memes y Teleamazonas. Decía Spinoza, se creen libres porque no conocen sus
cadenas. A veces, no pensamos por nosotros mismos, sino que la central de
inteligencia nos hace el favor de hacerlo. Así, usted no habla, sino repite. No
dice, sino balbucea.
Lo que no tienen los de la CIA que sí tiene Assange son
ideas, y esto a mi me parece vital en esta disputa. Él dice en una entrevista
(2017), con Iñaqui Gabilondo, "mientras pueda trabajar puedo ser feliz.
Soy una persona que necesita el conflicto. La clase de persona que necesita el
conflicto intelectual para ser feliz. Y me gusta ganarlo".
Lenín Moreno no quiso intervenir en la partida. Prefirió
hacer de peón del imperio.