martes, 22 de noviembre de 2016

Elecciones 2017. Ahora todo es responsabilidad de la ciudadanía.

Opinión.
Por Jonathan Alexander Achig P.

Elecciones 2017. Ahora todo es responsabilidad de la ciudadanía.

Una vez reafirmadas las distintas candidaturas tanto del gobierno y oposición el electorado se encuentra en jaque; pues ahora la ciudadanía será la única responsable del futuro del Ecuador.
Las candidaturas ya han sido expuestas. Dentro de las figuras representativas;  lo que ha causado mayor malestar en la ciudadanía reflejado en las redes sociales y calles es el aparecimiento de personajes  de la farándula ecuatoriana.

El hecho de que exista un descontento social es muy relevante, pues sin duda la gente está cansada que existan politiqueros que siguen empobreciendo al debate y la generación de propuestas viables para la mayoría social; sin embargo, se esperará que las mismas personas que critican sean conscientes de su participación y trasciendan más allá de lo que se dice en redes sociales o en los medios de comunicación investigando exhaustivamente a las diversas candidaturas y partidos políticos.

A propósito de propuestas y en ello es menester recalcar lo que mencionó el Presidente de la República en Twitter; “Si tu candidato no habla de educación cambia de candidato“. He ahí la responsabilidad del votante en ser críticos y exigir a todxs los candidatxs que muestren sus propuestas en cuanto a cómo se va a manejar la economía, educación, cultura, etc., pues es hora de dar dignidad a la política ecuatoriana.

Dar dignidad a la política ecuatoriana implica en no caer en el juego de la politiquería que pretende convertir a las elecciones en un show mediático; dejando de lado a lo que verdaderamente importa que son las diversas propuestas, planteamientos y planes de gobierno.

Dar dignidad a la política implica en no caer en el juego de los demagogos del pasado, que ahora se presentan como salvadores legítimos de la patria; pero, la historia los recuerda que fueron responsables de la tragedia del país en el siglo XX e inicios del siglo XXI.

Dar dignidad a la política implicará en que el electorado  no caiga en el juego de los demagogos con sus discursos camuflados; como: “A todos los bachilleres se les entregará una Tablet”; “Los domingos el pueblo ecuatoriano será libre de tomarse una cerveza”; “Quitaremos los impuestos”, sin un mínimo análisis de a quien beneficiará dichas políticas. El rol de la ciudadanía será: investigar,  analizar, reflexionar; las diversas propuestas expuestas y considerar si las mismas beneficiarán a la mayoría o a un minúsculo grupo.

Dar dignidad a la política implicará en exigir a los diversos candidatos que  hagan respetar las instituciones del Estado, pues es un bien público y pertenecen a cada uno de los ciudadanos; ello se traduce en exigir a que se despoje a los mediocres, faranduleros, ineficientes, oportunistas, corruptos que desprestigian la dignidad de las instituciones.

Los resultados dependerán del sentido crítico de la ciudadanía que debe ser consciente de la historia y las propuestas establecidas. Ahora el futuro depende de nosotrxs, y en las urnas se dará la última palabra.


lunes, 29 de febrero de 2016

Colombia comprará energía eléctrica a Ecuador.

El vicepresidente Jorge Glas confirmó que Colombia comprará energía eléctrica a Ecuador. Así lo anunció durante la inauguración de 15 infocentros y 2 megainfocentros en  la provincia de Pichincha.

Bogotá adquirirá cerca de 7 gigavatios hora (GWh) diarios a Quito. “Cuántas veces dijeron (sectores de la oposición) que las hidroeléctricas eran una utopía cuando decíamos que íbamos a exportar energía a países vecinos (…), cómo cambia la historia. Este año se venderán más de USD 100 millones en energía a países vecinos”. De hecho, cuando todas las hidroeléctricas inicien operaciones, lo que ocurrirá a finales de año, Ecuador reportará un ahorro de USD 1.300 millones al año.

Glas indico que entre las obras en materia de telecomunicaciones se  destacan los 60.000 kilómetros de fibra óptica para conectividad y la dotación de internet a 7.000 escuelas públicas. “Este es un gobierno que tiene la decisión política de garantizar el acceso a internet a todos los ecuatorianos”. Carmen López, beneficiaria del megainfocentro Colinas del Norte, lugar donde se hizo la entrega simultánea de los 17 centros informáticos, agradeció por la obra. “Las personas adultas tenemos para actualizarnos gracias al conocimiento que hemos adquirido y podremos tener una mejor calidad de vida (…), estas obras cambian vidas”. El país cuenta con más de  850 de estos puntos informáticos en las 23 provincias del territorio continental. Estos centros benefician a más de 6 millones y medio de personas. La inversión ha sido de $ 69 millones.

Artículo originalmente publicado por: El Telégrafo

viernes, 11 de diciembre de 2015

Aun somos humanos y nos sonreímos como una respuesta a la guerra.

Por Nicole Arias.

Aun somos   humanos y nos sonreímos como una respuesta a la guerra.

Conozco muchas cosas al igual que tu 
Conozco muchas canciones  al igual que tu
Conozco muchas realidades al igual  que tu 
Tengo mucho sueños al igual que tu

Sé que  tienes  preguntas acerca de mí  al igual que yo
Sé que no puedes entender mis lágrimas ni mis sonrisas  al igual que yo
Sé que no puedes entender mi pasaporte  al igual que yo
 Sé que no se puedes entender mi religión al igual que yo

Pero  sonríes y  yo también, como si tuviéramos ese derecho
Pero sonreímos como si fuéramos lo mismo
Pero sonreímos como si pudiéramos entendernos
Pero sonreímos como respuesta a todas las preguntas
Pero sonreímos como si fuera un idioma universal
Pero sonreímos  como si no fuéramos enemigos
Pero sonreímos como si pudiéramos ser  felices
Pero sonreímos  como si no  hubiera  fronteras
Pero sonreímos como si no hubiera banderas, ni odio
Pero sonreímos como arma para defender nuestras causas
Pero sonreímos porque ninguna organización internacional u presidente pueden prohibirnos hacerlo.

Porque  aunque eres  el enemigo, aunque  debería  odiarte.... aún hay un nosotros, aun somos   humanos y nos sonreímos como una respuesta a la guerra.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

No estamos listos para enfrentar la realidad: estética, crítica y crisis de la izquierda.

Teoría.

No estamos listos para enfrentar la realidad: estética, crítica y crisis de la izquierda.

Por Carlos Pazmiño. (CEPY)

Cuando me refiero a que la izquierda “no está lista” para actuar políticamente de forma efectiva en la realidad, parto de la existencia de un motor averiado, la creencia del deber ser, argumento principal que guía el quehacer político cuyo uso exagerado y normalizado choca constantemente con las formas en que esta se expresa, asilando a la izquierda de los escenarios donde se juega la política, reduciéndola al comportamiento de secta. Evidentemente, este no es un “comportamiento” que rija a toda la izquierda, pero gran parte de ella ha preferido mantenerse en el altar de la pureza antes que “sacrificar” los “principios” para construir o tratar de construir política real.
En este pequeño ensayo problematizaré está creencia del deber ser con la politización de la estética como ejercicio crítico y posibilidad de salida a esta crisis, para ello he tomado los apuntes sobre Simón Rodríguez y el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros de Luis Camnitzer, y la crítica a la concepción de estética en Schiller por Terry Eagleton.
Mi crítica a este tipo de izquierda es la idealización de los sujetos, la sociedad y las relaciones sociales desde una concepción que busca explicarlas desde del mañana, el futuro luminoso y redentor de la revolución, la búsqueda pura de la “independencia” y el esencialismo de la “clase” como aspectos inmanentes e inalterables, cuya existencia expresada a históricamente por quienes defienden esta posición, se encuentra más allá de la realidad -como esta se expresa y es entendida por los sujetos que en teoría son los protagonistas de la revolución del mañana. Aunque el hilo conductor de su discurso haga referencia constante a la “realidad concreta”, la “praxis revolucionaria”, la “lucha de clases”, es la insuficiencia de dichas interpretaciones e inutilidad política la que vuelve una y otra vez advirtiendo la urgente necesidad de acercarse a la realidad sin ilusiones.

Ahora, ¿por qué encontrar estética y crítica en este doloroso ejercicio de acercamiento a la realidad? Primero, parto que la izquierda no vive o piensa como piensan los sujetos a los que esta se refiere constantemente, no siente, no percibe y no vive las relaciones sociales en tanto significación y sentido que estos le otorgan, segundo, al no vivir y pensar, y no me refiero a que en nombre de la pureza y los principios abandonemos la pelea intelectual dentro y fuera de la academia para residir en barrio popular, trabajar como obreros en una fábrica de embutidos en la periferia de la ciudad, es simple, la izquierda no se permite sentir la vida misma como lo hace la gente de a pie, y este no permitirse desde el “deber ser” no sólo anula cualquier iniciativa sino que elimina el sentido de la vida en los militantes, disfrazándolo en un juego macabro de representaciones que los asilan de la realidad, hacia la secta y la esquizofrenia.

Es el moralismo de izquierdas, no el materialismo histórico, el que, después de fundar la procedencia burguesa de un concepto, una práctica o institución particular, pasa de inmediato a desautorizarlo en un arrebato de pureza ideológica. Desde el Manifiesto comunista en adelante, el marxismo nunca ha dejado de cantar  a la burguesía, de encomiar y recordar su herencia, una herencia de la cual los radicales de izquierda tienen que seguir aprendiendo sino quieren contentarse con la reducida posibilidad futura de un orden socialista en absoluto liberal. (Eagleton 2006, 58-59).


El papel de la crítica debe ser continuo, no puede segmentar las partes del cuerpo para enfocarse en lo más conveniente, debe ser estricta y dura, tampoco al extremo universalista del que nunca se saldría, un ejercicio dialéctico que haga justeza al “inventar o errar” de Rodríguez, y que en esta “comprensión”, lo estético, herramienta de re significación y actuación política, juegue un papel fundamental para captar el sentir de los sujetos.

La estética no ha sido una preocupación constante de la izquierda, ha utilizado los recursos “que ha tenido a su alcance” sin requerir más esfuerzo que el de la voluntad de sus adherentes, sin constituir una expresión compacta que seduzca y motive a la sociedad, limitándose a criticar concepciones burguesas o sin definición, bajo el miedo de la absorción.
Es cierto como dice Eagleton, que lo estético no puede ser indiferente a cualquier interés social concreto, no puede orientarse hacia ninguna actividad definida (2007, 169), pues aunque se suponga que es así en los hechos sirve a una fracción hegemónica o en vías de ascenso en una sociedad. Toda concepción estética es histórica, se produce con el pasar del tiempo, resignificando su uso y sentido constantemente, es en muchos casos el reflejo de como la sociedad percibe la vida, así sea impuesta o fabricada en serie, vaciándola de “contenido único”.

Con el desarrollo del capitalismo y la industria cultural, la estética pasa a ocupar un lugar privilegiado en la homogenización de la sociedad, aparentemente si la producción en serie de insumos culturales, con una estética particular cosifica, la relación entre sujeto y objeto, la apropiación de ciertos mecanismos de la sociedad burguesa por la izquierda sería impensable, perpetuando la ilusión de imposibilidad del uso inteligente de estos para posibilitar la transformación de la sociedad aquí y ahora.
Creo que decir esto puede ser arriesgado, pero la política se juega en una cancha muy problemática, donde la inteligencia, la sagacidad, la disposición de recursos y fuerzas son importantes al momento de acumular poder, pero en igual importancia, considerando el recurso de la invención y apropiación constante de lo estético -al que accede la población, por medio del cual “es convencida” del estado fluctuante de la realidad- (Camnitzer, 2008), la creación de un referente masivo que integre elementos de los cuales la izquierda no es heredera, históricamente, funcionaría como palanca válida en el aquí y ahora, pero, lastimosamente, para la izquierda a veces lo estético no puede ser más que una ideología burguesa.

La construcción de una noción moderna de artefacto estético, no se puede desligar de la construcción de las formas ideológicas dominantes de la sociedad de clases moderna (Eagleton 2007, 53), así como toda nueva de subjetividad apropiada en un orden social que dispute el sentido de lo estético.
La tesis de Eagleton reza que lo estético proporciona un inusual desafío y una alternativa a estas formas ideológicas dominantes, razón por la cual se revela como un fenómeno eminentemente contradictorio del que es posible reapropiarse para convocar una tensión dialéctica de uso y significado, con el fin de mover la sensibilidad de los sujetos.

 Pero esto partirá no sólo del estudio de como los sujetos perciben esta dimensión estética masificada del enemigo, sino de la experiencia de la izquierda en el seno mismo del sentir de los sujetos.
Así la crítica tiene una misión estricta, salvar y redimir (Eagleton 2007, 59) lo que para las prácticas de la izquierda todavía es factible y valioso en los legados de clase de los que somos herederos, hay que usar lo que se pueda sin tener miedo a “traicionar los principios” , pero tampoco relativizándolos en nombre del realismo político, en otras palabras, el uso de mecanismos estéticos de la burguesía en la actual sociedad, figura como recurso de utilidad política inmediata, no contaminando esencias, las esencias no se contaminan, y virtudes, sino desde el enfoque táctico necesario para hacer de la izquierda nuevamente una corriente de masas que esté en el deseo de los sujetos, representando el deseo de justicia, pues la auténtica estética social como crítica social, no ratifica la política de lo dado sino que la problematiza.

Por último podremos añadir que la politización de la estética, la guerra en el campo del lenguaje, puede construir un proceso pedagógico que decante en una imagen deseada del como la izquierda, ahí sí, debería ser pero no lo es, constituyendo una imagen y reputación respetable, acompañada de la difícil disputa en los medios masivos de comunicación, y la retención del tiempo en el espectador de la “obra” que busca seducir desde la creación de consciencia, tal como lo hacían los Tupamaros (Camnitzer, 2008).

Tal como Simón Rodríguez usaba imágenes para abordar la política y educación, bajo una capa estética innovadora que incluía caligramas, tipografías y disposición de palabras, la izquierda debe recuperar el rol pedagógico que algún día tuvo y fue eficaz, pero, ese algún día ha pasado, la historia no se detiene, y las tareas a enfrentar se multiplican como los deseos de la sociedad mediatizada.
Esta, la batalla por la apropiación e invención crítica de la estética del enemigo, para crear un ejército de símbolos, signos, íconos propios, debe ser una de las principales preocupaciones de una izquierda efectiva. Pero… la gran pregunta es, ¿cuándo estaremos listos para romper con la ficción ideológica que no nos permite vivir en la realidad y sentirnos personas de carne y hueso? Creo es hora de parar el llanto y salir del metro cuadrado de la adoración a la derrota, y estar dispuestos a caernos una y otra vez, hasta mantener el paso firme, con pies de plomo en la tierra y pies de paja en el pantano.




Referencias:
Eagleton, T. La estética como ideología, Trotta, Madrid, 2006.
Camnitzer, L. “Simón Rodríguez” en Didácticas de la liberación, CENDEAC, Murcia, 2008.


lunes, 23 de noviembre de 2015

Momento de reflexión ante el triunfo de Macri.


Momento de reflexión ante el triunfo de Macri.

Por Jonathan Achig

Tras el triunfo de Mauricio Macri en las elecciones  del 22 de noviembre del 2015 en Argentina, se evidencia que el proyecto político llevado a cabo por los gobiernos progresistas en Latinoamérica ha recibo un fuerte golpe; este obliga a pensar y repensar sobre la necesidad de trabajar desde la base social y la memoria colectiva; pues si no se trabaja desde estos aspectos tan importantes se seguirá sufriendo los mismos errores, y las minorías sociales seguirán manejando sus discursos a su antojo para su beneficio financiero y el florecimiento del neoliberalismo.

¿Qué pasa con la memoria histórica?

La memoria es frágil y en un entorno rodeado de medios masivos de comunicación que manejan a su conveniencia la opinión pública, para intereses propios, con armamento propagandístico que apelan a las emociones del momento, es evidente que la memoria histórica posee gran desventaja.

 Y a propósito de la campaña de Macri encabezado por Duran Barba; quien no sólo poseía a su favor los medios nacionales pues también desde lo internacional estaba apoyado por grandes cadenas como CNN; que se rigen a los intereses de la derecha, con ello es palpable que la opinión pública estaba a su favor, y  en un pueblo sin memoria únicamente se busca apelar a los discursos bonitos que llegan a las emociones y he ahí el resultado.


Por ello la urgencia de trabajar desde la base; para crear frentes críticos y autocríticos no sólo de la coyuntura, si no evidenciar cuales son en verdad los proyectos políticos, económicos, sociales que sean en beneficio para la mayoría social. Además la urgencia de labor desde la estructura y la superestructura en aspecto esenciales como: la comunicación popular, cultura reivindicativa, politización de la gente. He ahí las tareas fundamentales de quienes están comprometidos por el bien común de la sociedad.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Sobre las pequeñas cosas de la vida.

Sobre las pequeñas cosas de la vida.


Por Jonathan Achig

¿Y dónde han quedado las cosas sencillas de la vida?
El sentir de la brisa del amanecer, cuando abres la ventana, y ese hálito de la tierra purifica  tu vida.
¿Dónde están las pequeñas cosas de la vida?
Cuando sales al patio de casa y ves a tu perro, corretear de un lado al otro, moviendo su colita sin parar y le sientes rebosante de alegría por el simple hecho de verte.
Cuando sales a la calle,  miras a tus vecinos y te saludan con una sonrisa, y a pesar que sabes que en el fondo existe un vacío, pero ese simple gesto demuestra que estamos viviendo y sabes que los simple está ahí..
Cuando miras el cielo,  a tu alrededor, y sientes la esencia de las cosas.
Cuando abres un libro, y sientes como sigilosamente cada palabra, cada letra, cada párrafo; van alimentando tu mente.
¿Dónde ha quedado todo lo sencillo?
Pues lo sencillo, está aquí, se encuentra en cada palabra, cada gesto, cada cosa.
Está en todas partes, está aquí, allá.
 A veces no la sentimos, porque no queremos, porque no sabemos que lo queremos.
Pero en lo más profundo del alma sabemos que eso nos hace bien y esta allí.

martes, 10 de noviembre de 2015

Sueños de migrantes atrevidos

Crónica
Por: Nicole Arias

Aun sueño con  tener derechos sin fronteras

Aun sueño con el aroma y paz del hogar

Aun sueño con encontrar hogar en algún lugar

Aun sueño con latir fuera de mapas y aduanas 

Aun sueño con ser alguien más que números extranjeros y banderas de color

Aun sueño con el día en el que tener sueños sea rentable.


                                                                                                      Escucho la voz de mi madre al otro lado del teléfono preguntándome

Como estoy, de repente se me corta la voz y me doy cuenta que  tengo lágrimas en las  mejillas, respiro lentamente y respondo con un bien, pienso que me he vuelto sensible y hasta cierto punto una excelente actriz. Me pregunta que me pasa, respondo con una sola palabra cansada. Me comenta sobre todo lo que pasa en casa y solo tengo un silencio, no puedo más decido buscar una excusa para colgar. Me quedo sentada en el piso alfombrado, mirando la ventana  con los pies y las piernas desnudas mientras sale un llanto desesperado que no sabía que tenía dentro de mí. Espero se  me pase pronto pero el llanto sigue por cerca de una hora, me siento perdida en un millón de montañas y una agonía irrazonable por el   cansancio que desencadena un insomnio absurdo, pienso  que me volveré loca. Pero recuerdo la razón de resistir…un cheque que en mi país no lo alcanzaría sino en varios años.

 De repente escucho la puerta abrirse, me limpio la cara, es Veronika mi compañera de cuarto  de Eslovaquia, llega como siempre a  contarme con su peculiar acento  sobre su día, no la miro se da cuenta que estoy mal y  me abraza. Es uno de los pocos abrazos que recibo tras dos meses fuera de casa, se me van las lágrimas y le digo que  no me pasa nada. Me dice que ella también quiere llorar, nos ponemos a llorar sin razón aparente y terminamos riendo. Al final me dice we are strong woman. (Somos mujeres fuertes), me pongo la pijama mientras recuerdo la hoja color morado que estaba pegada en la puerta esa mañana,  recordándole a Veronika su pronta finalización del contrato,  siento tristeza, pero  me veo al espejo y luzco enojada.


Me acuesto en la cama y miro el techo de colchón que es la litera de resortes cafés sobre mi cama.   Me siento encerrada. Me doy la vuelta y decido intentar dormir, pasan unos minutos y la cobija  roza mis  pies, recuerdo que la noche anterior, descubrí que esa pequeña molestia en mis zapatos, era el síntoma  de  que mis pies  habían estado sangrando durante las doce horas de trabajo. Así que me levanto y  me voy a comer los absurdos sándwiches, con comida enlatada que nos dan en el salón de empleados, pero al llegar ahí  me enojo y decido no comer.

 Me encuentro con los ecuatorianos quienes hablan entre risas y comentarios propios del humor de mi país, me siento en casa. Todo parece ir bien hasta que llegamos al tema de page check o cheque de pago, me preguntan qué cuanto gano, les respondo y todos dicen lo afortunada que soy por la cantidad de dinero que hago. Me sonrió y me quedo pensando en “lo afortunada que soy “mientras viene a mi mente, mis pies sangrantes, mi hombros adoloridos, las trece horas de trabajo, el llanto en el baño, las náuseas después de cada comida y esa nostalgia de casa, combinada por una ansiedad que  me hace limpiar las mesas con tal rapidez, que uno de mis compañeros de trabajo me dice que  soy muy rápida a manera de chiste.

Me vuelvo a conectar con la conversación de los ecuatorianos, que para ese entonces trataba sobre  sus experiencias con el inglés, me dicen que yo no sufro por mi excelente inglés,  me sonrió pero sus palabras me llevan a aquel almuerzo en el que por primera vez en mi vida desee no haber sabido inglés.

 Un grupo de motocicletas  se sentaron en mi sección, entre uno de ellos una mujer, acudí como siempre con la jarra de agua y mi tradicional hello, la mujer me preguntó que era la sopa del día. Ante lo cual  me quedé congelada porque no estuve cuando el chef lo anunció, justo coincidió que eran mis treinta minutos de receso. Me sentí  un poco avergonzada por no saber la información, respondí que puede chequear en el buffet, la señora me miró con un gesto de desprecio.

 Minutos después al regresar a la misma mesa, uno de ellos  se dirige a mí con la intención de   preguntar algo, pero la señora le interrumpe y le dice que no me hable a mí, que no entiendo  inglés, que soy una de esas trabajadoras internacionales que solo sirve  para trabajos  manuales.



Desafortunadamente entiendo cada una de sus palabras, mi sonrisa aparece a manera de arma, mientras siento  que mis lágrimas caen. Sigo sonriendo y me retiro. Llego a la parte trasera del restaurante y suelto  el llanto silenciosamente, uno de los meseros me ve y  me pregunta que me pasa le digo que nada y dice que sonría para obtener más propina.


 Hay un conflicto en mi cabeza  entre las palabras de la señora, los éxitos y cariño de la  gente que deje  en mi país, surge  un cuestionamiento sobre  qué hago en ese lugar. Finalmente un roce  en la espalda lo más cercano a una caricia, me despierta de mis pensamientos, reacciono de manera defensiva, y  me encuentro con  la espalda de Clint  caminando rápidamente, quien me regala  una sonrisa coqueta. Le respondo con otra  sonrisa, pues su presencia en la cocina anuncia que es más de la una y treinta de la tarde  y por ende el tiempo de almuerzo en el restaurante está por finalizar,  mientras coloco las copas en el respectiva cubeta sigo con la mirada a Clint, aunque resulta un poco complicado  por la velocidad con la que se mueve, mis ojos logran  encontrarlo   con su uniforme nuevo de cocinero de alto mando, lo  contemplo y  me quedo abstraída en  su delgadez, su palidez y  las largas horas de trabajo que le esperan.

 Regreso al comedor sigo limpiando, sigue llegando gente, parece eterno, voy en busca de platos, y servilletas para la cena, me desespero quiero salir corriendo, mientras alguien de la mesa me pide más agua, mas cola, o me reclaman por la demora de la comida. Finalmente tras una agónica espera, cierran la puerta del restaurante a las dos y treinta de la tarde, me tranquilizo un poco regreso a la cocina y me tomo el tiempo para beber agua. Recuerdo los primeros días creía que no tomaba agua por la falta de un termo, pero después cuando lo compre uno,  me di cuenta que en realidad no tomaba agua por falta de tiempo.

 Recojo los platos y las copas  de las mesas, acomodo  todo de manera tal que  por lo menos dos mesas alcancen en una de mis charolas, la sujeto con el hombro y me dirijo a la cocina, con el temor que el peso me traicione y termine  quebrando todo. La cuestión es hacerlo rápido, para poder salir, no importa donde, la cosa es salir de la elegancia de las lámparas, de la madera  de más de cien años, de la alfombra, de los vidrios con fantásticos diseños y de cada uno de esos detalles que hacen de este lugar, uno de los más visitados.

 Preparo todo para la cena, barro y trapeo la parte del restaurante  que me corresponde, busco al manager, revisa mi trabajo y me dice que me puedo ir.  Tras haber registrado mi salida con la tarjeta voy al comedor de empleados, donde encuentro a Clint, nos comunicamos  con los ojos y ambos nos sentamos en la misma mesa. Tras diez horas de pie, la silla me parece  tan cómoda que prácticamente me acuesto en ella. Estoy tan cansada que no me apetece nada, todo está desabrido, muy poco cocinado, muy picante o simplemente incoherente.  No soy la única  a la que no le apetece nada,  la bandeja de Clint está casi vacía, come muy poco pero rápido.

Miro desde afuera la situación parecemos dos extraños comiendo en la misma mesa sin decir nada, así que decido comentarle sobre mi día, me sigue la conversa e incluso reímos, hasta que le comento el incidente de la señora y su despectivo comentario, se queda congelado, abre sus ojos color aceituna  con sorpresa, se compadece  y  me abraza. Me siento débil, quiero quedarme a dormir en su hombro, pero su tiempo de receso se acaba, así que me recuerda con una sonrisa que es día de pago.

Me  convence  de ir a ver nuestros cheques, pese al cansancio  lo hago. Clint toma su cheque lo abre y me  deja ver la cantidad, yo abro el mío y una sonrisa aparece en mi rostro.  Es lo más parecido a la felicidad casi puedo acariciar el cabello de mi madre, tocar el hombro de mi hermano y de mi padre. Parece que cada uno de los ceros de ese cheque cura cada una de esas heridas al ser extranjera, cada uno de esos ceros pacerían acercarme  y  alejarme  a la vez de  mi país, sueños y mi gente.

 De repente   luzco tan animada  como  mis compañeros  después de las doce de la noche casi puedo decir  como ellos que estoy “bien “, el mismo bien que digo cuando hablo con mis padres, o cuanto mi jefe o clientes me preguntan cómo estoy. Porque en  Estados Unidos todos estamos” bien “.
 

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