Por Marisol Bowen
El
nuevo año llegó a un Ecuador irreconocible, un país que en pocos meses
desfiguraron y desmembraron; donde hemos pasado de un estado cargado de
justicia social con un gobierno que caminó junto al pueblo durante diez años,
el estado de las Hidroeléctricas y los Proyectos Multipropósitos, de las
carreteras ejemplares, las obras de envidia, las Escuelas del Mileno, los
hospitales de primera, la educación de calidad y la salud y educación como
derecho; a un estado donde tenemos como preso político a un Vicepresidente a
quien le han violado todos sus derechos. Un estado donde campea la traición y
la deslealtad, donde los asambleístas se vendieron al mejor postor, donde
existe una vicepresidenta puesta a dedo, donde se cierran hospitales, donde
escasean los medicamentos, no se pagan los sueldos puntualmente en el sector
público, donde se le quitan los impuestos a los ricos y se ocultan sus deudas
con el estado, donde se pacta con los banqueros, donde han regresado las
manifestaciones a las calles, donde se reprime con violencia al pueblo, donde
los medios de comunicación son más actores políticos que los políticos, donde
se reparten la patria entre políticos nefastos y corruptos, y donde, en la
máxima expresión del descaro, se manipulan a las instituciones del estado ¡en
cadena nacional!

Hoy
habitamos un estado que apesta a corrupción, putrefacto, corrompido, rancio,
pútrido y purulento. Un estado dominado por los enemigos de la patria, quienes
manejan la media humanidad de un presidente que no es más que un impostor
profesional, cuya incapacidad y falsedad han rebasado los límites de lo
inaudito. Un hombre que hace gala de sus propias frustraciones y le cobra la
factura de sus limitaciones al pueblo que le dio el poder. Un hombre que no ha
sido capaz de honrar su palabra y no ha cumplido ni por accidente su plan de
gobierno que incluye las casas que hasta la fecha no ha entregado; quien usa a
los Granaderos de Tarqui para rendirse honores, cuando la misión de esta unidad
especial de caballería del Ejército ecuatoriano es montar guardia en la puerta
principal del Palacio de Carondelet y la Vicepresidencia, así como hacer
honores a los Jefes de Estado que visiten oficialmente el país, acompañar a los
mandatarios fallecidos en las honras fúnebres, Izar la Bandera nacional en el
Palacio de gobierno y en ocasiones especiales montar guardia de honor ante la
tumba del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre; siendo clara su
honorable intervención en determinadas ocasiones. Sin embargo, como jamás
ocurrió con Rafael Correa, Moreno se hizo despedir por los Granaderos de Tarqui
en su viaje a Europa -en el avión que, por cierto, jamás vendió-, quienes le
hicieron una corte de honor sin una razón justificada a quien cruzó sobre una
alfombra roja -al mejor estilo Hollywoodense-, ¡sin honor alguno!
Estamos
en un estado donde los recursos del estado son de uso personal, se abusa del
poder, se violan los derechos humanos a plena luz del día, se miente con todos
los dientes aupados en los medios de comunicación y se engaña al pueblo para
conseguir un golpe de estado disfrazado de consulta popular. Un estado donde la
mismísima Corte Constitucional sucumbe vergonzosamente a los poderes
dictatoriales, que estando dentro de los plazos para no dar lugar a una
consulta popular inconstitucional, guarda el cómplice silencio de la
corrupción, porque eso ya sobrepasó el miedo, -si acaso en eso también
quisieran escudarse-, porque ahora resulta que el “chantaje” como justificación
está de moda.
Toda
esa putrefacción conlleva a un solo objetivo, incluso criminal, ya que en la
política sucia las banderas políticas no son solamente las que identifican a un
determinado partido político, sino aquellas que se crean justificando los
medios para los más maquiavélicos fines, ¡las banderas de sangre!
No
lo digo yo, humilde pulso que derrama tinta, sino la historia misma de nuestros
pueblos; parte de nuestra propia historia política está plagada de aquellas
banderas de sangre, donde el mecanismo consiste en satanizar determinados temas
de manera conveniente y utilizarlos de forma criminal para lograr los más
terribles objetivos. En el caso del actual gobierno, esas banderas son usadas
para lograr todos los poderes del estado a través de una consulta popular. Por
ejemplo, tienen a un inocente preso, aduciendo una falsa lucha contra la
corrupción. Jorge Glas es una de esas banderas de sangre que hoy usan sin
piedad alguna con la complicidad de una Asamblea que lo entregó, mientras los
medios de comunicación hacen lo suyo para construir la sentencia popular, y las
instituciones del estado como la Fiscalía y la Corte de Justicia son
descaradamente utilizadas para culpar y condenar sin pruebas.
Pero
ese es sólo el principio de las banderas de sangre que enarbolarán en el camino
al poder absoluto. Tenemos el ejemplo de la hermana Venezuela, donde la
oposición asesina a figuras relevantes y también inocentes desconocidos que
militan en las filas opositoras, quienes son elegidos, asesinados y luego
enarbolados por los políticos opositores como banderas de sangre, con cuyas
muertes culpan al gobierno revolucionario para crear caos, desestabilización y
resentimiento colectivo. Un viejo y eficaz mecanismo utilizado por los
gobiernos de derecha y sus actores políticos para conseguir lo que se proponen.
El
escenario cambia, pero no el objetivo ni el mecanismo criminal. De ahí que
resulte tan sospechoso lo ocurrido con la muerte de una niña, cuya búsqueda y
crimen tuvo una palestra asombrosa en los medios de comunicación y la acción
casi irreconocible del Ministerio del Interior que desató una campaña
impresionante para su búsqueda. No es la única niña desaparecida, este caso se
suma a muchos, sin embargo, fue su caso convenientemente mediático en mitad de
una campaña sucia por una consulta popular que cuenta con una pregunta de
enganche que involucra el crimen de la violación a niños. Una pregunta
innecesaria ya que la Asamblea puede aprobar todas las leyes de este tipo sin
necesidad de una consulta popular.
No
obstante, considerando que el tal “10”, al que hace referencia la investigación
sobre la niña asesinada, jamás fue identificado, que el único al que señalaron
como culpable fue encontrado muerto en su celda en extrañas circunstancias y
que dicha investigación llegó a su fin sin haber ni siquiera iniciado; con un
caso tan doloroso como mediático, podríamos suponer que fue una bandera de
sangre que dejó como resultado una niña asesinada que reforzó el objetivo de
una consulta popular inconstitucional. Logrando manipular la opinión pública
desde las entrañas. Todo sumado a una estratégica campaña de abusos sexuales en
las escuelas que repentinamente aparecieron por obra y gracia del espíritu
santo.
Hemos
vuelto a la vieja patria, no solamente en el ámbito político y social donde se
repartían la patria como una torta, sino en el mecanismo criminal con el que
los gobiernos de derecha manipulaban al pueblo, algo también llamado “crímenes
de estado”. Tenemos como ejemplo el Gobierno de León Febres Cordero, donde
utilizaron instituciones policiales como el SIC con mercenarios vestidos de
policías y criminales a sueldos como los que integraban los escuadrones
volantes, liderados por Nebot, los que dejaron una estela oscura de muertos y
desaparecidos, entre ellos los hermanos Restrepo.
Quieren
lograr un golpe de estado con una consulta popular y harán lo que sea para
conseguirlo. Las banderas de sangre, por ejemplo, siempre funcionaron y siguen
funcionando en Latinoamérica, porque el sentimentalismo es nuestro lado flaco.
Precisamente las armas que hoy utilizan para conseguir ganar una consulta
popular inconstitucional y arbitraria. Nos engordan como a pavo para navidad
con las viejas promesas del pan, techo y empleo, sumándole ahora bonos por cada
hijo para mandar a los ilusos a reproducirse como cui. La cuestión es que una
vez logrado el objetivo nos degollarán sin contemplación y vendrá el paquetazo,
las medidas económicas para las que ya prepararon con mentiras el terreno
asegurando que estamos en crisis y que no hay tal mesa servida.
Parte
del maquiavélico plan ya ha sido expuesto, porque el pacto con los banqueros no
pudo esperar. Les dio el manejo absoluto del dinero electrónico, cuya ley fue
aprobada con el pago de los sueldos con dicho mecanismo. De ahí a que todos
estemos obligados a abrir una cuenta bancaria, una cuenta de dinero electrónico
y que logren acapara todos los dólares en nuestras cuentas, ¡hay sólo unos
cuantos pasos! Todo con la complicidad de los de siempre, antes con el apoyo de
los diputados y hoy de los asambleístas ¡sólo cambiaron las moscas! Finalmente,
lo que viene después ya lo vivimos en 1999, solamente que está vez ya no tienen
la necesidad de asesinar al Sucre para llevarse los dólares, porque ya estamos
dolarizados.
Como
ven, un nuevo Feriado Bancario ha empezado con una sola diferencia: antes
cerraron los bancos para robarnos ¡y hoy nos roban con los bancos abiertos!
Con
ese mecanismo y los impuestos que Moreno les quitó a los ricos, nos ha impuesto
medidas económicas sin mucho ruido; pero si ganan la consulta popular, el ruido
será ensordecedor y no podremos hacer nada para evitarlo. Todos los poderes del
estado estarán bajo el control absoluto de un presidente que gobierna con las
élites políticas destructoras del pueblo, pasará muy poco para volver a
empeñarnos a los Estados Unidos y que regresen las bases militares
estadounidenses a invadir nuestra soberanía. Es cierto que la Constitución que
nos dejó Correa lo prohíbe expresamente en su Art. 5: “… No se permitirá el
establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones extranjeras
con propósitos militares. Se prohíbe ceder bases militares nacionales a fuerzas
armadas o de seguridad extranjeras.”, sin embargo, con los asambleístas de su
lado, esta ley que nos protege ¡será eliminada de un plumazo! Con la misma
ilegalidad con la que han fraguado todo a vista y paciencia de todos,
legalizando el descaro, la cuestión es que cuando un gobierno legaliza el
descaro, ¡el pueblo sucumbe aplastado!
Pero
no todo está perdido, tenemos un candil que nos ilumina el camino, Rafael
Correa, quien llega a respaldar la lucha que nos han impuesto, y un líder que
nos repleta de fortaleza y resistencia, Jorge Glas, cuya libertad se teje en nuestras
manos.
Cada
uno de nosotros, desde cada rincón de la patria deberá hacer un trabajo de
hormiga para evitar un golpe de estado con una consulta popular inmensamente
peligrosa y todas las banderas de sangre que se avecinan, porque una de ellas
¡podría ser cualquiera de nosotros!
Esta
batalla ahora es nuestra y debemos librarla sin miedo, ¡pueblo organizado se
llama!
Debemos
luchar contra aquella consulta popular con la que mañana culparán al pueblo por
haber aprobado en las urnas la destrucción de la patria; luego tomar el único
camino que nos queda para salvarnos del error que cometimos en democracia y
ejercer la verdadera voluntad popular, ¡la Asamblea Constituyente!
Hay
dos formas de conocer las batallas ganadas, una vive en los libros porque no
nacíamos y la otra ¡las escribimos nosotros!