viernes, 19 de mayo de 2017

¡Vergüenza ajena!

Por Marisol Bowen

Hay cosas que se olvidan a fuerza de tiempo o porque nos viene en gana. Cuando esto ocurre, es menester refrescarnos la memoria, para que el monstruo inaudito de la ingratitud ¡no nos devore el alma!
Cuando Ecuador sufrió el terrible terremoto del 16 de abril, en mitad del desastre, de la Patria en estado de excepción, varias provincias destruidas, escombros, sobrevivientes, desaparecidos, dolor, llanto y 668 víctimas mortales. Nuestra Patria mal herida pedía auxilio en el silencio de su desgracia. Fue entonces que el primer país hermano nos escuchó y las palabras de su Presidente fueron “Dispongo activar de manera incondicional la solidaridad con el pueblo y el gobierno de la República del Ecuador”, y así fue.
Un día después del siniestro, el 17 de abril, envió el primer avión con ayuda humanitaria para Ecuador. Un avión con una veintena de rescatistas a bordo, el grupo humanitario “Simón Bolívar” conformado por especialistas en rescate y emergencias médicas para socorrer a las víctimas; así como médicos, paramédicos, operadores con drones para la búsqueda de sobrevivientes, 10 bomberos especializados, doce especialistas en estructuras colapsadas, alimentos y medicinas.
El 18 de abril, dos días después, envió el segundo avión a Ecuador en el que llegaron: más rescatistas del grupo humanitario “Simón Bolívar”, elementos de las Fuerzas Armadas de ese país hermano, bomberos especializados, cámaras de última tecnología para la búsqueda de víctimas entre los escombros, equipo pesado para rescate, cámaras térmicas y plantas eléctricas.
Ese mismo día, el 18 de abril, ese mismo gobierno envío un tercer avión con ayuda humanitaria para Ecuador con agua, alimentos, plantas eléctricas y un nuevo grupo humanitario de 70 personas entre médicos, paramédicos y rescatistas. Sumando un total de 130 rescatistas y perros adiestrados para recate, hasta ese momento.
El 20 de abril, cuatro días después, aquel gobierno hermano, envió un cuarto avión con ayuda humanitaria para Ecuador. Un avión con un equipo conformado por rescatistas, socorristas, médicos, enfermeros, paramédicos, soldados de la Fuerza Armada Nacional de ese país especializados en búsqueda y rescate, unidades motorizadas para ayuda inmediata en zonas complejas, plantas eléctricas, agua y alimentos.
El 23 de abril, siete días después, tras una semana completa de apoyo incondicional; ese mismo gobierno hermano envió un quinto avión con un nuevo contingente de ayuda humanitaria a Ecuador. En este avión llegaron 10 médicos especialistas en emergencias avanzadas, 59 paramédicos y especialistas ATD.
El elemento humano enviado por ese hermano país, con su apoyo irrestricto de Patria grande, pudo rescatar el 90% del material en un hospital derrumbado, con el que construyeron un centro de salud improvisado para atender a las víctimas ¡y donde pudo nacer un niño! Trayendo consigo el mensaje de la vida ante un desastre que nos marcó la historia.
Ese primer mandatario que nos tendió su mano inclaudicable, que nos demostró que la hermandad es más que una palabra salida de la retórica política. Aquel que fue el primero en enviar su contingente humanitario, el que nos envió cinco aviones cargados de esperanza y al que le debemos tantas de las vidas que se rescataron en el desastre, es el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro.
En ese contexto y con ese preámbulo tan extenso como cierto, le dedico este artículo virtual a lo inverosímil, a lo desgarradoramente insensato, a lo inhumano, a la memoria del injusto y al monstruo terrible de la ingratitud. Lo intenté ¡lo juro!, buscarle un nombre preciso a lo que algunos pretenden hoy, pero no pude sino encontrar palabras !que hasta mi pluma repudió!
Hoy que la herida ya no sangra, que retomamos las fuerzas, que nos levantamos y nos secamos las lágrimas; hoy que el terremoto no es más que un día gris en la memoria, y que los que olvidaron lo que el primer mandatario venezolano hizo por nosotros, hacen gala de la más descomunal miseria humana, invitando a rechazar la presencia de ese mismo Presidente a la posesión de Lenín Moreno, ¡se me retuerce el alma de vergüenza ajena!
Nicolás Maduro, no es más que uno de tantos presidentes hermanos que estará presente en la posesión del Presidente de la República del Ecuador, con una clara diferencia, él libra actualmente una batalla campal contra los golpistas y depredadores de los Gobiernos Revolucionarios Progresistas. Una batalla que se fue cociendo de a poco en la olla miserable de la oposición fascista más espeluznante, quienes a punta de banderas de sangre insisten en su fallido golpe de Estado. Lo que ha desencadenado en protestas lideradas por los mismos de siempre; esos a los que les arrebató el poder el Comandante Chávez. Protestas denominadas como “Guarimbas”. Tras un proceso de presión mediática, política y social, que a punta de insistencia ha vencido la verticalidad y fortaleza de algunos corazones y espíritus revolucionarios. Presión que ha logrado en gran medida su objetivo ¡cegar y dividir!
No conforme con esa batalla que libra cada día la hermana Venezuela, es inconcebible que haya quienes pretendan protestar en el aeropuerto de Quito y rechazar la presencia del presidente Nicolás Maduro. Actitud plena de cobardía e ingratitud; una contundente falta de respeto a la soberanía y el derecho de un Mandatario que llega representando a un pueblo hermano.
Tal decisión, no es más que la injusta intromisión en los asuntos internos de un país libre y soberano; la suma incomprendida de hermanos contra hermanos, la invitación descabellada a la guerra en cualquier proporción ¡pero guerra!, violando la Constitución de la República en su artículo 5 que establece que !El Ecuador es un país de paz!.
¿Que el Municipio de Quito no le entregará las llaves de la ciudad?, no podemos esperar menos de un alcalde cuestionado. Enhorabuena, en esta Patria Grande sin puertas ni fronteras ¡ya no necesitamos llaves!
Por falta de memoria es que existen los ingratos. Ya bastante tiene esa patria hermana con una oposición fascista incontrolable, como para que también nosotros disfrazados de “solidarios”, hagamos el papel de malos vecinos, ¡ante la incapacidad de ser buenos hermanos!
Como si con eso fueran a desparecer a Leopoldo López, que desde su guarida con rejas sigue causando destrozos, como si con eso fueran a revivir a los 43 muertos que dejaron las guarimbas del 2015 comandadas por él. Como si con eso fueran a detener la guerra especulativa y el acaparamiento de la comida creados por el millonario empresario Lorenzo Mendoza. Como si con eso fueran a detener a Lilian Tintori, sus mentiras, sus giras instigadoras y su lucha por la libertad de su marido asesino. Como si con eso fueran a detener el ataque golpista perpetuo de Capriles, Ramos Allup, Julio Borges, María Corina Machado y toda su gavilla, quienes actualmente lideran las guarimbas desestabilizadoras en la hermana Venezuela; revueltas que ya llevan 46 muertos. Como si con eso fueran a evitar que Estados Unidos siga financiando y fraguando ¡esa guerra fratricida!
 ¿Quieren rechazar la presencia del presidente Nicolás Maduro, a pesar de haber recordado lo que ya habían olvidado?

Estamos en un país libre y democrático, ¡vayan!, al fin de cuentas que hasta que vuelva a temblar la tierra ¡no lo necesitamos!, ¡vayan!, expriman lo que tienen en el alma y griten ¡fuera!, si les faltó corazón para gritar ¡Gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sacha: Organizaciones sociales hacen un llamado a la resistencia pacífica, iniciando con varios plantones, el 11 de marzo

Después de la  Asamblea de organizaciones sociales, realizada en la Sede nacional de las Casa de la Culturas, en la Sala Jorge Icaza, el 6 d...