jueves, 26 de julio de 2018

EN MEMORIA DE CARL G. JUNG

(26 de Julio de 1875 - 6 de Junio de 1961)

Por Jonathan Achig
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Sus ideas y conceptos renovaron y vertieron luz, no sólo sobre la Psicología, sino sobre muchas otras ciencias. Desde pequeño Jung poseía un interés por las ciencias, la filosofía y la religión. Reconocido por incorporar en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía. Sabía que todo cuanto emerge del inconsciente posee algo superior e inferior, algo interno y externo. Cuando se habla de lo externo se considera sólo la mitad de ello y, consiguientemente, surge en el inconsciente una fuerza antagónica.

Sus investigaciones a menudo incursionaron en terrenos como la religión (Psicología y religión, 1937) o la alquimia (Psicología y alquimia, 1944), profundizando en el estudio de conceptos tales como inconsciente colectivo, arquetipo (como fundamento para la existencia de mitos universalmente repetidos) o sí-mismo (ente distinto del «yo-ego-impermanente» que alude al YO REAL o al SER ESPIRITUAL en nuestro interior. Definió, asimismo, los tipos básicos de introvertido y extravertido.

Un concepto clave en su obra es acerca del “Inconsciente Colectivo”. En él, Jung explica que está constituido por Arquetipos. Ejemplos de estos arquetipos son el Personaje, la Sombra, el Santo, el Genio y el Héroe, el Self, el Ánimus y el Ánima.

Para elaborar su concepto de arquetipo, Jung se inspiró en la reiteración de motivos o temas en diversas mitologías de las más remotas culturas. Halló temas comunes inconscientes, que la humanidad reiteró apenas con ligeras variantes, según las circunstancias. A pesar de que somos hombres de nuestra propia vida personal somos también, por otra parte, representantes de nuestra humanidad, de la condición humana. Esos son los arquetipos, los modelos o imágenes primordiales universales y atemporales, y que por ende son patrones que se repiten en distintas culturas y épocas, y que nos guían desde nuestro inconsciente.

miércoles, 4 de julio de 2018

¡La gota que derramó al pueblo!

Por Marisol Bowen

La orden de prisión preventiva emitida contra Rafael Correa y la solicitud de notificar a la INTERPOL para la difusión de alerta roja, -haciendo uso del máximo grado de alerta internacional en una demostración voraz de hambre atrasada-, ha dejado al descubierto de lo que es capaz la miseria humana bajo el control de la justicia hoy dominada por los partidos políticos enemigos de la revolución como el Social Cristiano.
El expresidente radica en Bélgica con su familia, no es prófugo de la justicia porque no ha sido sentenciado por delito alguno, nada hay que justifique tal superlativa persecución internacional que no sea la venganza. No obstante, las barbaridades jurídicas ejecutadas en Ecuador nos ha llevado a un ridículo internacional sin precedentes, y como lo escribiera Domingo Faustino: “¡Del ridículo no se vuelve!”
Esta acción legal injusta y bochornosa contra el expresidente del Ecuador, que ha roto el estado de derecho y ha convertido al país en un estado sin garantías, debería ser el detonante para sacudir la conciencia de Latinoamérica contra la judicialización de la política en la región.
Al igual que otros líderes como Lula da Silva, Dilma Rousseff, Cristina Kirchner y Jorge Glas, Rafael Correa fue vinculado sin desafuero a un proceso penal sin pruebas en su contra y con claros vicios de nulidad. Para concebir el entramado contaron con un fiscal acusador puesto a dedo por el también puesto a dedo Consejo de Participación Ciudadana, con una jueza que se allanó al desacato de la Asamblea y actuó sin competencias, quien desconociendo las leyes y tratados internacionales realizó el cambio de la medida cautelar por la prisión preventiva, violando a su vez el Art. 575 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) que la obligaba a notificar a las partes con al menos 72 horas de anticipación para celebrar la audiencia, lo que no hizo. Todo en medio de violaciones claras al debido proceso, a las garantías procesales y en medio de las más aberrantes violaciones a la Constitución. Dejando claro, con estos vergonzosos antecedentes, que el sistema de justicia ecuatoriano no obra por justicia sino por calculado propósito.
Como lo escribí anteriormente, no importa cuánta razón tenga la razón, en el Ecuador de hoy ¡la ilegalidad campea! De ahí que la medida cautelar impuesta haya sido inverosímil, descabellada y atentatoria, con el único objetivo de generar la prisión preventiva. No obstante, Correa, en uso de sus derechos como ciudadano ecuatoriano residente en el exterior y amparado en la Convención Interamericana de Derechos Humanos, la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Constitución de la República del Ecuador y las leyes vigentes; cumplió con la medida y se presentó en el Consulado de Ecuador en Bruselas - Bélgica. Sin embargo, en la catáfora de lo inaudito, con Correa aquí o allá, el resultado apuntaba a ser el mismo. El cambio de las medidas cautelares no son consecuencia legal sino el siguiente paso de un entramado infame donde se utiliza a la justicia como medio para justificar el fin. El lawfare aplicado en toda su maliciosa magnitud, donde muchos enemigos se han sumado al aparataje gubernamental contra un solo hombre al que han pretendido humillar sin éxito. Seguramente eso fue lo que les hizo falta de un gobernante al que difamaron y atacaron hasta el cansancio. No cabe duda, ¡el peor enemigo es el que quedó herido!
Aunque las cartas están echadas y la historia más temprano que tarde hará lo suyo, el despotismo que Moreno resucitó en el Ecuador le está pasando factura. Agoniza políticamente ante un pueblo que a golpes de traición despertó en revolución y se levanta en resistencia. La injusticia que hoy vemos cometida es la acción abyecta de un gobernante que exhala sus últimos hálitos de odio. La agonía misma de la incapacidad de quien se sabe muriendo y prefiere hacerlo con venganza.
A diferencia de los grandes hombres que mueren solos si se ven vencidos, ¡los infames arrastran a los justos a su tumba!
La patria desmembrada, la justicia secuestrada, los derechos ciudadanos mancillados y la verdad prostituida encendieron la llama de la ira popular que amenaza con llevar la sangre al río, pero sin duda alguna, la infamia cometida contra el líder de la Revolución Ciudadana ¡fue la gota que derramó al pueblo!

sábado, 30 de junio de 2018

¡PRESO O MUERTO!

Por Marisol Bowen 

Rafael Correa no es solamente el líder emblemático de un cambio de historia, el político ecuatoriano más influyente de las últimas décadas, el enemigo invicto de la partidocracia y la esperanza misma del pueblo en resistencia. Es parte de los líderes latinoamericanos víctimas de la judicialización de la política bajo el guion del Lawfare, es el talón de Aquiles de las más perversas intenciones ¡de un gobernante sin entrañas!
De ahí debemos partir para entender que es irrelevante cuánta razón tenga la razón, en el Ecuador de hoy, ¡la ilegalidad campea!
Han intentado culpar a Correa de cuanto delito se les ha ocurrido, logrando vincularlo ilegalmente en un juicio penal sin pies ni cabeza. Una acusación particular que luego fue convenientemente direccionada a Correa por el supuesto secuestro que no fue secuestro de Fernando Balda, entonces prófugo de la justicia. Sin una sola prueba que vincule a Correa al caso, con cheques que no fueron emitidos por la Presidencia de la República sino por la policía, con los testimonios de quienes tampoco tienen pruebas de lo que dicen, con un “testigo”, Chicaiza, que fue sacado de la cárcel y llevado sospechosamente a la Fiscalía, sin notificar a las partes, y con la “prueba” de una supuesta llamada de Correa que Chicaiza no puede probar porque el chip ¡terminó en la basura!
Para hacer posible el entramado más burdo de la historia, tuvieron una Asamblea que se lavó las manos por no contar con los votos que habría querido, una Jueza que vincula a Correa en lugar de actuar apegada a derecho e insistir a la Asamblea que resuelva como la Constitución indica, con un fiscal acusador puesto a dedo por un también puesto a dedo Consejo de Participación Ciudadana, imponiéndole a Correa, como medida cautelar, presentarse cada 15 días pero no en su país de residencia (Bélgica) sino en Ecuador, lo que humanamente es imposible pero infamemente necesario porque al no poder cumplir con la medida cautelar, automáticamente le dictarán orden de prisión.
Más allá de la ilegalidad que, de darse, internacionalmente rayaría en el ridículo, podemos suponer que una vez preso y sin seguridad, con ayuda de los vientos del norte, lo más vil podría ser posible. Esto considerando también que posiblemente la traición de Moreno es más vieja que la que se coció en Ginebra. Solo necesitamos remontarnos al 30S, el fallido golpe de estado, donde un grupo de policías “mal informados” secuestró e intentó asesinar a Correa. Entonces Moreno era vicepresidente. Si el plan se consumaba, ¿quién asumía la presidencia?
Al respecto, el 6 de octubre de 2010, Moreno indicó en una entrevista a Diario El Clarín de Argentina, que en la revuelta del 30S le llamaron a preguntar si iba a asumir el cargo de presidente y admitió que recibió propuestas para derrocar a Rafael Correa, mientras éste permaneció once horas recluido en el Hospital de la Policía, pero no directas de los sectores que estaban sublevados, sino más bien las de la típica persona que no está de acuerdo con el presidente de la República. La cuestión es que esas personas, las que no estaban de acuerdo con Correa, son los nuevos aliados de Moreno.
Correa sigue siendo un peligro inminente para los bendecidos por la traición, neutralizarlo o asesinarlo hoy les resulta más fácil, solo necesitan una cosa ¡meterlo preso!
¿Pero qué hay detrás de la persecución a Rafael Correa?
Para ejecutar la destrucción económica del país, el gobierno y sus aliados -entre políticos nefastos y los medios de comunicación- usaron la supuesta lucha contra la corrupción como distractor político. Con el pueblo engañado, se hicieron de lo primero que necesitaban, la Vicepresidencia. Es así que convirtieron al vicepresidente Jorge Glas en un preso político, en tanto Moreno repartía la patria bajo el discurso del “dialogo”, lo que no era otra cosa que el pacto y el entreguismo en todo su esplendor. No obstante, la estocada final es la destrucción económica del país. Es aquí donde van por la cabeza de Correa buscando matar dos pájaros de un tiro: destruir al enemigo de los políticos que hoy gobiernan junto a Moreno y neutralizarlo con un juicio penal ilegal mientras -en dicha persecución- distraen una vez más al pueblo, lo engañan y ejecutan las políticas económicas suicidas.
Moreno -como estrategia- se negó a reconocer que Correa dejó un país económicamente estable y en crecimiento, que no hubo sobreendeudamiento y que la mesa ¡quedó servida! En ese contexto, resulta inaudito que luego de un año de gobierno de Moreno, aun pretendan culpar a Correa de la debacle a la que nos conduce el entreguismo de un gobierno falaz, pero es la estrategia distractora necesaria para implementar medidas criminales como condonar deudas fiscales millonarias a los empresarios y la banca privada a la que ya le había entregado el manejo absoluto del dinero electrónico. Sin embargo, el cuchillo se afiló con la eliminación de las Salvaguardas comerciales, implementadas en el gobierno de Correa para garantizar el Stock de dólares en la economía ecuatoriana, luego de la abrupta caída del precio del petróleo y exportaciones acaecida en el 2015 y 2016. Al eliminar las Salvaguardas, tal como mandaron y ordenaron las Cámaras empresariales, se consumó una puñalada trapera a la economía del país, permitiendo la libre y masiva importación de bienes y servicios en el último trimestre del 2017. El resultado: la dramática caída de la reserva internacional del país que Correa dejó, de 5.000 millones de dólares a menos de 2.500 millones a diciembre de 2017.
Para solventar el vacío económico provocado en el gobierno de Moreno, Ecuador precisó un endeudamiento de 3.000 millones de dólares en enero de 2018. En resumidas cuentas, un precio del petróleo al alza, durante todo el mandato de Lenín Moreno, es lo que realmente sostiene la economía nacional. El mismo fue presupuestado en 41,92 dólares por barril para el presente año y al 25 de junio su precio es de 68,27 dólares por barril. Algo así como salvados por la campana, pero no por mucho tiempo.
La consecuencia del mal manejo económico, -donde no hay error de buena fe sino calculada mala intención- es que Moreno haya endeudado al país con cerca de 10.000 millones de dólares en un año, que el Banco Mundial pronostique para el país un crecimiento paupérrimo y desastroso del 2.2 % para el año 2018 y que debamos recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para continuar con el agresivo endeudamiento, lo que no es otra cosa que ponernos la soga al cuello. De continuar así, y en caso de un shock petrolero, estaría en riesgo inminente la dolarización y sin una Constitución que nos proteja, -porque la han violado a diestra y siniestra- caminamos a otra debacle como la que ya vivimos en 1999. Señores, estamos en la antesala de repetir la crisis económica ¡que “justificó” el Feriado Bancario!
¿Qué pasará cuando esto ocurra?
El país volverá a la desgracia, el pueblo repetirá el éxodo masivo más triste de la historia y, para entonces, Moreno podría estar ¡contando cachos en Harvard!
Razones de sobra para usar todo tipo de artificios e ilegalidades con el propósito infame de encerrar a quien sigue en la batalla, quien propone liderar una Asamblea Constituyente para librarnos del error cometido y rescatar ¡lo que nos dejaron de patria!
Razones de sobra para que quieran a Rafael Correa ¡preso o muerto!
La historia solo cambia cuando dejamos de preguntarnos dónde están los enemigos y empezamos a mostrarles ¡dónde está el pueblo!

viernes, 29 de junio de 2018

Pablo Iglesias expresa su total apoyo a Rafael Correa

Mediante un video, el secretario general del partido político español "Podemos" Pablo Iglesias, envía todo su apoyo a Rafael Correa.

En el video Iglesias expresa que "A Rafael Correa los oligarcas no le perdonan haber reforzado el Estado ecuatoriano y haber trabajado siempre en favor de los más débiles. Lo que están haciendo con Correa, alentando una campaña mediática, judicial y política en contra de él, recuerda a lo que han hecho con Dilma Rousseff en Brasil. No podemos consentir la persecución contra los líderes populares que colocaron en el primer plano la dignidad de los pueblos latinoamericanos. Estamos con Rafael Correa estamos con el Pueblo de Ecuador. Mucha fuerza compañeros" Esto con referencia a la persecución política que está teniendo el líder de la Revolución.


Clic para ver el video



Esta es la segunda vez que el líder de la agrupación Podemos se expresa acerca de la situación en el Ecuador. En Enero del presente año, Pablo Iglesias mencionó que "Lo que ocurre en Ecuador es preocupante, no me gusta y lo quiero decir muy claramente, que el nuevo gobierno al que hemos apoyado, desprecia al que ha sido el mejor presidente del Ecuador y a mi juicio uno de los mejores presidentes de América Latina como es Rafael Correa" 

jueves, 14 de junio de 2018

¡NO SE METAN CON CORREA!

Por Marisol Bowen

Toda la inconcebible persecución contra Rafael Correa se ha incrementado por el peligro inminente que representa, junto al nuevo movimiento político que busca recuperar la patria. Razones de sobra para disparar por todos los flancos con el vil objetivo de evitar una Asamblea Constituyente que, con la más feroz justicia popular, se avecina para liberarnos del error cometido en democracia.

Entre la consigna maquiavélica de la venganza y la destrucción de lo inalcanzable, desde el gobierno de Moreno se pisan cabezas sin reparo, se miente, se inmiscuye, se enloda, se mancha, se sentencia, se juzga sin pruebas, se inventa, se acusa, ¡se abusa de la indecencia!

El entramado de la injusticia sin parangones en la historia de la patria, ejecutado inmisericorde y descarado por el actual régimen, ha pretendido vincular al Expresidente Rafael Correa en cuanto delito han concebido sus mamotréticas cabezas. Desde actos de corrupción que han quedado sin piso, hasta la descabellada acusación sin pruebas del “secuestro” sin secuestro de Fernando Balda. Un individuo que jamás fue secuestrado. Sin embargo, con un manotazo insolente como absurdo, la Fiscalía pretende vincular penalmente a este caso al Expresidente Rafael Correa, mancillando la lógica del cometimiento como principio jurídico, hasta la barbarie de pretender castigar un delito no nacido.

Persecución por donde lo miren, sin embargo ¡aún les cuesta llamar a las cosas por su nombre!

Para analizar mejor el abominable escenario en el que se fragua la infame patraña, es necesario entender que Fernando Balda, ex asambleísta alterno de Sociedad Patriótica, con un prontuario vergonzoso cargado de múltiples acusaciones, denuncias y juicios, -que hablan de quien realmente es-, hizo acusaciones que no pudo probar contra el gobierno de Rafael Correa, por lo que fue procesado y sentenciado por el delito de atentado contra la seguridad interna del estado, de acuerdo al artículo 148 del Código Penal. En la fecha del supuesto secuestro, agosto de 2012, Balda se encontraba en Colombia, indocumentado y en calidad de prófugo de la justicia, es aquí donde “supuestamente” intentan secuestrarlo, -porque finalmente jamás lo secuestraron-, no obstante, dos meses después, en octubre del mismo año, Balda es deportado por el gobierno de Colombia y entregado las autoridades ecuatorianas para que cumpla su sentencia.

Bajo el poder de la lógica, no resiste el más mínimo análisis entender a quien le convenía el drama de un secuestro, de ser el caso y en cualquiera de los casos, Balda tenía razones de sobra para buscar victimizarse y pasar de ser un prófugo de la justicia, -que era lo que realmente era-, a ser un "perseguido político". En todo caso, la acusación es directa para el Expresidente Rafael Correa, a quien pretenden judicializar por un tema totalmente desapegado a sus entonces funciones como primer mandatario.

Es necesario acotar que si Balda consigue el objetivo contra Correa, el siguiente paso es un juicio al estado ecuatoriano con el que no solamente destruye a un líder revolucionario, con la infamia del contubernio, sino que sale millonario con la indemnización. Dos pájaros de un tiro que bien podría llamarse "acuerdo".

Es así que Balda presenta una denuncia sin pies ni cabeza contra Rafael Correa -por el supuesto secuestro que no fue- la Fiscalía pide que Correa sea involucrado en el proceso penal, la jueza de Garantías Penales, Daniela Camacho, pide a la Asamblea Nacional la autorización para el “enjuiciamiento penal” del exmandatario y la Asamblea emitió un comunicado señalando que Rafael Correa ya no ejerce funciones como presidente desde mayo del 2017 y “no aplica” autorizar o no el enjuiciamiento penal, quedando a la espera del pedido de la Corte Nacional de Justicia. Mecanismos "legales" con lo que pretenden llevar a Correa al terreno de un crimen de estado.

Pero si de crímenes de estado hablamos, Jorge Glas, un Vicepresidente preso sin pruebas en nombre de la más inmunda y visceral política oportunista, los soldados caídos en una guerra ajena por la negligencia de un gobernante incapaz, los tres ciudadanos secuestrados y asesinados en esa misma guerra, mientras el sufrimiento de sus familiares y la zozobra ciudadana les servía de marketing político con la complicidad de los medios de comunicación y la historia oculta de los esposos Oscar y Katty, secuestrados y silenciados más que por sus captores, por los medios alcahuetes del actual régimen por no servir de publicidad, de cuyas vidas se desconoce absolutamente todo. Asesinados, secuestrados y desaparecidos, al mismo estilo criminal del Febrescorderismo, eso señores, ¡esos son verdaderos crímenes de estado!

En medio de lo que sí puede ser catalogado como crímenes de estado e imputados incluso como tal, existen otros crímenes cometidos por un presidente que le ha entregado la patria a pedazos a los poderes fácticos, a los políticos corruptos, a los cadáveres insepultos de las páginas negras de la historia. Un presidente que ha faltado a su plan de gobierno haciendo uso -en su lugar- de la más burda demagogia, que buscó, con una consulta popular inconstitucional, la más vil forma de conseguir destruir el Consejo de Participación Ciudadana, imponiéndonos a dedo un político nefasto, casi jurásico y desaforado. Un presidente que permitió la aberrante destrucción del Consejo de la Judicatura, persiguiendo a su presidente, Gustavo Jalkh, y poniendo en gravísimo riesgo a la justicia; un presidente que tiene ilegalmente en funciones al Contralor General del Estado, el aberrante símil de sus acciones; un presidente que nos ha graduado en la vergüenza ajena, que por meter sus narices en los asuntos internos de un país hermano como Venezuela es llamado "ignorante" por dicho soberano Gobierno. Un presidente con un ministro de Economía que cede a las pretensiones de un gobierno falaz que apunta a convertirse en el próximo tristemente célebre "súper ministro" Guillermo Lasso, llevando al país a iguales peligrosas consecuencias. Eso que rompe el estado de derecho y vulnera a la patria misma. Eso, -aunque no la tenga-, ¡son crímenes de conciencia!

Estamos ante el abominable “Lawfare” en su lado más oscuro, un antecedente vergonzoso y sin precedentes, con objetivos claros de persecución y conspiración con los que han buscado acorralar sin éxito a Rafael Correa, apuntando esta vez sus misiles a un proceso penal que busca involucrarlo sin pruebas en un delito gravísimo con el que conseguirían una orden de captura internacional para extraditarlo a Ecuador y apresarlo. Sí, tal cual hicieron con el vicepresidente Jorge Glas.

Estamos ante una dictadura disfrazada. La imputación contra Rafael Correa es un claro objetivo político que amenaza violar a la justicia una vez más sin nadie que la defienda, con el riesgo irresponsable de desatar la ira popular porque el pueblo jamás se hace a un lado ¡para que el diablo pague los favores a su servidumbre!

La memoria es el triunfo de los hombres libres, ¡el olvido es la derrota de los esclavos!

Ni perdón ni olvido señores, ¡rebeldes mil veces a ser esclavos!

Han desmembrado el país y han venido por el hombre que dejó la piel en la batalla, el que nos devolvió la justicia social, ¡el hombre que cambió la historia!

Esto ya no es cuestión de tiempo, el tiempo es un crimen cuando la patria agoniza; esto es cuestión de pueblo, esto es cuestión de valor, ¡esto ya es cuestión de patria!

¡No se metan con Correa!

jueves, 24 de mayo de 2018

EL AÑO DE LA INFAMIA


Por Marisol Bowen 

Un día como hoy, 24 de mayo, un hombre dejaba la presidencia del Ecuador y otro se ceñía la banda presidencial más grande de la historia, no por su tamaño que técnicamente era el mismo de siempre, sino por la inmensa historia que escribió quien la entregaba y la pequeñez inconcebible de quien la recibía; a quien de cualquier forma ¡le quedaba grande!
Desde entonces, el nuevo presidente cambió su casi diáfana bondad franciscana por la destrucción y la traición disfrazadas de “dialogo” y “estilo”. Así denominó a su giro intempestivo a la derecha y a la entrega del país directo a las fauces con hambre atrasada de los pretéritos poderes políticos, ¡los enemigos de la patria!
Desde entonces se divorció de la Revolución Ciudadana -con insondable descaro- insultó al pueblo que le dio el poder de todas las formas posibles y dijo públicamente que lo odiaba. Inició una cacería sin tregua contra quienes eran sus compañeros, Rafael Correa, Jorge Glas y todos los que olieran a revolución. Una cacería que disfrazó de “lucha contra la corrupción” bien direccionada a aquellos ex compañeros que convirtió en sus adversarios, más no a sus nuevos aliados políticos con bastante rabo de paja. Llegando al extremo inconcebible de la venganza, al judicializar la política y tratar de ocultar por todos los medios “la mesa servida” que le dejó un presidente cuyos logros fueron reconocidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que alcanzó incluso a su gobierno infructuoso, con un informe positivo por el mismo organismo internacional en cuanto a proyección en el 2017, y de cuyo informe y logro se apropió ¡sin sangre en la cara!
Un año de inventar cada cosa para justificar sus actos cuánticos con brutal saña y ridiculez, mostrándonos ante el mundo en calzones y con una vergüenza continental sin parangones, porque nos guste o no ¡votamos por él!
Ha transcurrido un año del más colosal esfuerzo por ‘descorreizar’ al país, un año de los cuales siete meses lleva en su conciencia -si acaso la tiene- la vida de un inocente encarcelado sin pruebas, de un vicepresidente que fue su compañero de fórmula y al que, por el perverso objetivo de quitarle la investidura que le dio el pueblo, su gobierno convirtió en un preso político.
Un año de la más vulgar demagogia, disfrazando la inoperancia y el incumplimiento con promesas como el “Plan toda una vida”, “Casa para todos” y “Medico del barrio”. Utilizando como publicidad -a falta de obras propias- imágenes de las casas entregadas por el anterior gobierno, de los servicios de salud del anterior gobierno e inaugurando como propias las obras que ese mismo gobierno dejó encaminadas.
Un año de un gobierno donde la verdad es una oda al silencio y no mentir es una falta. Un gobierno que en menos de un año ha tenido tres Ministros de Economía, -como jugando a la ruleta rusa-, dos de ellos que contradijeron a Lenin Moreno y se fueron sin pronunciar la necesaria mentira de un sobreendeudamiento del Gobierno de Rafael Correa, y el nuevo ministro -un empresario, producto indiscutible de la prueba y error- que, al haber formado parte del Comité Empresarial Ecuatoriano, no es muy difícil advertir hacia donde inclinará la balanza. En cuyas manos se gesta el destino económico de la patria y que podría “justificar”, ahora sí, un sobreendeudamiento en nombre de una crisis inexistente.
Un año de un gobierno en el que la suma de sus nefastas restas ha dejado como saldo tres ciudadanos asesinados, cuatro soldados caídos y dos esposos secuestrados en una guerra ajena por un “acuerdo político” con Colombia, tan ridículo como esbirro.
Un año donde la ley de comunicación que logró controlar a los medios mercantilistas, -cómplices por historia de todas las afrentas que vivió la patria-, está al borde de sufrir una eutanasia injustificada, si, en nombre de la libertad, pero para destruir sin riendas. Convirtiendo las mentiras totales o a medias en el pan de cada día; con medios embusteros copartícipes de la hecatombe y la desgracia de un pueblo que ha sido reprimido, violentado y que ha cumplido un año entre la indefensión y la incertidumbre.
Un año donde los medios de comunicación sin ética ni principios, al igual que las autoridades de control del estado manejadas como títeres, han desempeñado un rol fundamental en el entramado perverso del poder haciendo el trabajo sucio; enlodando la honra, persiguiendo, judicializando y condenando sin juicio a todo aquel que huela a Revolución Ciudadana, a década ganada, ¡a Rafael Correa!
Todo ha sido valido en el chiquero mal oliente de las malas intenciones, donde hemos visto incluso al diablo pagando mal a quien bien le sirvió, los tontos útiles que luego fueron desechados.
Un año de vergüenza -por decirlo menos- bajo las riendas pérfidas de un gobierno golpista y procaz. Con una Constitución vejada hasta el cansancio, de la brutal violación a los derechos humanos, del abuso descarado ante los ojos absortos del mundo que mira impávido como un gobierno vulnera la institucionalidad del estado con un Consejo “Transitorio” puesto a dedo y descabelladamente omnipotente, cuyo presidente, Cesar Trujillo, es uno más de los intrusos esporádicos del abuso cumpliendo el ultimo maquiavélico propósito de su infructuosa existencia. Dueño circunstancial de un poder mal habido que no cruzó por la dignidad del mérito, su solo nombre en una lista digna ¡habría sido un insulto a la inteligencia y la memoria!
Un año donde los políticos perversos y corruptos, así como los grupos económicos más poderosos han hecho de las suyas, y el pueblo -que aún camina confiado por la iracunda necesidad- ha sido utilizado con el viejo discurso del pan, techo y empleo, sin que en la praxis se haya cristalizado absolutamente nada.
Un año donde la justicia social y los beneficios para el pueblo han sido postergados para beneficiar a los poderes fácticos, donde el plan de gobierno se quedó en un papel esperando que la justicia popular ejecute la revocatoria del mandato por incumplimiento, como lo establece la ley.
Un año donde no hay nada que mostrar en las perchas de la decencia, donde en su lugar se exhibe una consulta popular inconstitucional que manchó la historia con sangre para que un presidente, -cargado de átomos negligentes-, consiguiera su única vergonzosa y costosa conquista, ¡evitar el regreso de Rafael Correa!
Un año donde ni la sombra queda del proyecto revolucionario que, con sus humanos errores, logró cambiar la historia. De aquella patria altiva y soberana que hizo hablar al mundo más allá de las tortugas gigantes y la mitad del mundo. De esa patria rescatada por la Revolución Ciudadana solo queda lo que no pueden llevarse en hombros: los hospitales, las carreteras, las Escuelas del Milenio, las hidroeléctricas, los Proyectos Multipropósitos y esa esperanza de revertir el terrible error cometido en democracia, a la que no hemos renunciado.
Un año donde el único esfuerzo que ha hecho Moreno ha sido culpar a Correa hasta de su propia ineptitud, “dialogar” con todos menos con el pueblo -incluidos políticos corruptos e impunes prófugos de la justicia-, instaurar nuevamente las viejas prácticas de las componendas y el entreguismo -las bases para sostener un gobierno infame-, reformar las leyes contra el pueblo, potencializar la empresa privada, entregarle el país a los caprichos usureros de la banca privada, reducir el estado y labrar el camino hacia la capitalización de la justicia social que le dejó al pueblo el gobierno de Rafael Correa. La crónica de una muerte anunciada con un gobierno claramente de derecha, donde la estocada final será quitarle al pueblo sus derechos ¡y ponerles precio!
Un año de los viejos políticos, de los cadáveres insepultos, de la vieja partidocracia. Un año de mirarlos locos de emoción con el odio concebido, ¡sin saber por dónde morder la venganza! En la hermandad hipócrita de la herencia de Caín, en un revoltijo vomitivo de todos los males juntos, convulsionando en la gula del poder inmerecido, ¡hirviendo como gusanos en la carne podrida!
Quisiera exagerar y decir que me equivoco, que es la pasión ciudadana la que guía mi pluma ¡pero no es cierto! Ni una estela de duda me salva la calma. Ni ciega podría no mirar el desastre al que nos conduce una mano equivocada. ¡Cómo le arañan la carne a esta patria indefensa! ¡Cómo se pagan los favores los que la destruyen! ¡Cómo persiguen a los que aún luchan por ella!
Cuando la patria llora con los ojos de sus hijos, ¡la rebeldía es un deber! El pueblo salva a la bandera o la historia se hincará para pedir perdón a la patria por la ignominia de sus hijos malos ¡y el silencio de sus hijos buenos!


martes, 10 de abril de 2018

HAN JUGADO CON FUEGO

Por Marisol Bowen
El sentido común es la capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable, algo así como la razón por la que usted busca cruzar la calle sin ser atropellado. Para realizar el siguiente análisis apegado simplemente a la justicia, usted no necesita ser de izquierda o derecha, ni siquiera necesita saber de política o economía; la cuestión es tan simple que usted solo necesita hacer uso del sentido común para entender que se está cometiendo una injusticia en una clara cacería. Y no diga que no tienen sentido común cuando se trata de Rafael Correa, ¡no señor! El sentido común no es primo ni lejano del odio, no es un sentimiento visceral, es la acción de la razón inherente al ser humano. Es ser capaces de despojarnos de lo que pensamos, para hacer nuestras las causas justas.
La gravedad de lo que ocurre actualmente en Ecuador nos concierne a todos, porque atenta violentamente contra la constitucionalidad del estado, lleva a la cárcel a inocentes y amenaza con lanzar al abismo a la patria misma, ¡aquí estamos incluidos todos!
La conclusión de la Contraloría General del estado, luego de nueve meses de un supuesto análisis a la deuda pública, parió un engendro y estableció indicios de responsabilidad penal contra Rafael Correa y varios funcionarios de su gobierno. No obstante y sobre el trillado discurso de Moreno de un sobreendeudamiento inexistente, es necesario entender que un país sin deuda es un país sin obras, sin embargo Rafael Correa jamás sobreendeudó al país como Moreno ha pretendido hacerle creer al pueblo, para esto Correa emitió el decreto ejecutivo 1218 que ajustaba la deuda al manual del Fondo Monetario Internacional (FMI), que dicho sea de paso, también lo toma como base la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y muchos países del mundo, justamente el pretexto que usó la Contraloría para vincular a Correa con una ilegalidad inexistente, cuando, según lo establece la Constitución, un presidente está en pleno derecho de emitir los Decretos que estime convenientes. En consecuencia, el Contralor no es juez, y se arroga funciones que no le competen, cuando indica que el Decreto es ilegal sin que este haya gozado en derecho del debido proceso, más aún, que pretendan tomarlo como peculado.
No obstante, y aunque Correa hizo más obras que ningún presidente en la historia de la patria, la deuda pública que según la ley no puede superar el 40% del Producto Interno Bruto (PIB), que es el techo para la deuda pública, jamás superó estos límites. Para muestra no uno, ¡sino dos botones! Carlos de la Torre indicó en su momento que la deuda pública sí cumplió con la ley, porque se enmarcó en los parámetros constitucionales y no supero el 40% del PIB, como la ley indica. De la misma manera Elsa Viteri, recientemente indicó que la deuda pública no supera el 40% del PIB. Ambos Ministros de Economía y Finanzas del gobierno de Moreno. ¿A quién le creemos, a los Economistas o al licenciado? En definitiva no existe tal sobreendeudamiento por parte de Rafael Correa, en consecuencia, el Decreto no ha afectado en nada, no es ilegal, y la responsabilidad penal que le endilga la Contraloría se construyó sobre una vergonzosa mentira ¡para darle paso a una abominable persecución!
Esto es terriblemente grave, ¡una dictadura disfrazada! No les bastó con romper la constitucionalidad del estado, robarse la Vicepresidencia de forma descarada y meter en la cárcel a un Vicepresidente inocente, que se inventaron un grupito ilegal electo a dedo por el Contralor y no como indica la Ley de Participación Ciudadana respecto a las Veedurias, para analizar una deuda invisible eludiendo la deuda real que incluso ya fue auditada como manda la ley. La Deuda pública es del sector público con sector privado y con el exterior, no sector público interno, donde además los pasivos contingentes no son deuda. En pocas palabras, en nombre de la mala fe, ¡hicieron una fanesca!
Estamos ante la clara ejecución del perverso “Lawfare” con cuyo mecanismo se usa a la justicia para atacar a los adversarios políticos, destruir su honra de forma pública y luego judicializarlos. Lo que ha venido ocurriendo en América Latina, en los países gobernados por la derecha recalcitrante, contra líderes políticos como Lula en Brasil y Cristina en Argentina, sin que Ecuador sea la excepción. Empezaron con Jorge Glas y ahora vienen por Rafael Correa con una responsabilidad penal que no es otra cosa que la puerta misma de un juicio para llevarlo a la cárcel.
El guion del maquiavélico entramado ya fue echado, con un Contralor cuyo accionar es nulo por estar en dicho cargo con un nombramiento ilegal, quien al ser un enemigo declarado de Rafael Correa ha gozado del “olvido” en el caso de la Refinería, donde fue involucrado por Alex Bravo y Capaya, y aprobó los informes que beneficiaron a ODEBRECH. El hombre clave de Moreno, involucrado en el sonado caso de corrupción “Mochila Escolar”, en el gobierno de Bucaram, quien fuera asesor de Lucio Gutiérrez y que hoy ha convertido a la Contraloría en un arma eficaz de persecución y destrucción masiva, pretende salirse con la suya al judicializar a Correa para detener la Revolución y darle luz verde a la destrucción total de la patria.
Usted se preguntará: ¿Qué tiene que ver la patria? Moreno busca matar dos pájaros de un solo tiro: destruir a Rafael Correa y derogar el decreto que Correa firmó respecto a la deuda pública, es por eso que para judicializarlo tomaron como pretexto el Decreto firmado por Correa. Derogando este Decreto, Moreno podrá endeudar al país sobre el techo del 40% del PIB. Si hasta la fecha Moreno ya nos ha crucificado con más de 8 mil millones en una deuda que no sabemos a dónde fue a parar, ¡ahora si va a endeudarnos hasta los tuétanos! Con las medidas económicas donde disfraza la privatización, más los pactos con los políticos y banqueros ¡se consuma la debacle! La única vez que conducirá al país ¡será a una crisis económica brutal!
Si eso ocurre, si la deuda ahora si supera lo inimaginable, la justicia social como la salud y la educación se privatizan, los políticos y los banqueros cobran su parte y tenemos otro preso político, volveremos en un santiamén al 99 y la crisis nos llevará a emigrar nuevamente en el éxodo masivo más grande que hemos enfrentado. Repetiremos sin remedio, ¡la parte más negra de nuestra historia!
Los medios de comunicación ya han hecho su parte, ahora que ya tienen el “resultado” de la Contraloría, envenenarán al pueblo contra Rafael Correa, haciéndolo olvidar que le devolvió la justicia social, se martillarán los noticieros y los periódicos hasta que vea justa la peor de las injusticias para que en consecuencia no reaccione. Es hora de actuar, la resistencia se ejerce, ¡no se piensa!
Han desafiado al pueblo, ¡han jugado con fuego! Al igual que Brasil con Lula y Argentina Con Cristina, ¡Ecuador se levanta por Rafael Correa!
El pueblo no está dispuesto a mirar como se tragan con gula a la patria, como la destruyen, ¡como encarcelan a Correa! El pueblo no está dispuesto a ver al tiempo cobrar con creces ¡el precio de la cobardía!
Es grave cuando el pueblo se equivoca eligiendo a un traidor, pero es más grave que un traidor ¡se equivoque con el pueblo!

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